El niño nació de forma normal a término por cesárea. A los dos meses fue internado por bronquitis crónica. A los dos años, los padres notaron que no establecía contacto visual, no jugaba con otros niños, su lenguaje era pobre y lloraba sin razón. En el jardín de infantes, las maestras reportaron que no se podía integrar en actividades, no se comunicaba oralmente, agredía objetos, lloraba y gritaba sin razón, y mostraba movimientos repetitivos y sensibilidad a estímulos